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21 octubre 2020 · 5 min, 30 seg de lectura

Cómo se forma el gusto alimentario de un niño

Cómo se forma el gusto alimentario de un niño

Todos los seres humanos se caracterizan por dos etapas en la elección de alimentos: neofobia alimentaria (es decir, miedo a probar nuevos sabores), y neofilia alimentaria (tendencia a buscar nuevos sabores). En el periodo de ablactación y antes de los dos años, es cuando los niños están más dispuestos a descubrir diferentes sabores y desarrollar su gusto alimentario. A partir de los dos años, la mayoría atraviesa por una etapa en la que se niegan a probar alimentos, o tienen fijaciones con un solo alimento, que generalmente es transitoria.

Además de todas las consideraciones quimio-sensoriales, se sabe que la cultura, el medio social y los vínculos emocionales son formadores del gusto. Por ejemplo: una prolongada exposición a alimentos hace que un niño sea proclive a consumirlos.

Es por eso que se desarrolla un gusto alimentario adquirido que en otras culturas no sería aceptado, por ejemplo: lo muy ácido (poner limón a todo), lo muy especiado (poner chile a todo) o lo muy amargo

El repertorio gustativo de un niño se ajusta a los límites que marquen los padres, de acuerdo a lo comestible y no comestible. Este repertorio se comienza a ampliar en el momento en que está en contacto con otros grupos fuera del núcleo central familiar.

Para contrarrestar el rechazo se hace una exposición repetida del alimento. Se ha descubierto que la influencia de la madre o del padre para que se adopte un nuevo alimento es prácticamente la misma. Donde sí existe diferenciación es con los hermanos mayores, puesto que los hermanos pequeños imitan mejor a éstos que a los padres.

Gusto alimentario de los 3 a los 5 años

Se ha descubierto que prefieren el gusto de alimentos que están en empaques coloridos. Los adultos también hacen esas asociaciones, cambiando incluso el sabor y la sensación de un vino en la boca en función de la música que estén escuchando.

También factores sociales como el asociar un alimento a determinado estilo de vida, clase social o estatus moldean nuestras preferencias aún en la vida adulta. En un estudio realizado en mujeres mexicanas viviendo en la región parisina, se llegó a la conclusión que gustaban de comer alimentos pretendidos de ser “buenos para la salud”, que encontraban sabrosos. En este sentido, los límites entre una norma dietética y un gusto por placer se hacen difusos.

El exponerse a diferentes tipos de gustos, tal vez explorando diferentes modos de cocinar que cambian el sabor de los alimentos, hace que las personas sean más sensibles a las nociones de placer, satisfacción y variedad que puede ofrecer la alimentación. Sin santificar ni demonizar ningún alimento como lo hacemos hoy en día, por ejemplo, con el sabor dulce del azúcar, podemos obtener pequeñas dosis de placer.

En JAMLI fomentamos los hábitos de buena alimentación y propiciamos que los pequeños aprendan a probar diferentes tipos de alimentos sanos y nutritivos .

¡Te invitamos a que nos conozcas! contáctanos vía WhatsApp al 228 153 5943 o vía Facebook en Centro Educativo Escolar JAMLI.

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